VOLVIENDO A CASA CON LOS ROLLING STONES (1): EL CONCIERTO


6.00 de la mañana del domingo 3 de julio de 2022. No transcurren apenas 25 segundos desde la primera alarma del despertador y mi cuerpo salta de la cama como si una descarga eléctrica le sacudiera… y eso que no he dormido mucho. Hoy es el día. Hoy los Rolling Stones hacen su segundo concierto en Hyde Park, Londres, y yo tengo que estar allí, con ellos, viviendo, disfrutando, respirando ese momento histórico. 


Una vivificante ducha y un rápido café que me preparo en la misma habitación del hotel me ponen en forma minutos antes de que casi corriendo, y ya con el pulso acelerado y el corazón a un ritmo que no se parará en todo el día, me suba al metro que conecta a través de la Piccadilly Line la estación de Russell Square con Hyde Park Corner. Alrededor de las 7.30 estoy llegando a las inmediaciones de la puerta 17 C de la zona Diamond Pit, donde dentro de unas horas mi vida volverá a cruzarse con la de los Rolling Stones. ¡Yeah!


La escena es la habitual de todas estas intensas y emocionantes citas. Los “enfermos”, los locos, los fanáticos que nos dejamos la vida por poder estar lo más cerca posible de los Stones, por poder verles en primera fila, por que nos vean ellos y sientan nuestro calor, nuestra pasión por ellos, ya nos conocemos de otras citas, nos recordamos y nos saludamos. Japoneses, alemanes, argentinos, ingleses… vuelvo a coincidir con un chico italiano que estuvo conmigo en la primera fila en Praga en 2018, con una fan neoyorquina que también estuvo en Praga, y entre nosotros, entre besos, saludos y abrazos, se cruzan miradas de complicidad. Especialmente emotivo para mí resulta reencontrarme con Natalia
Saley, una adorable e irredenta fan argentina y su chico, con los que estuve en el concierto de 2013 también aquí en Hyde Park, con los que de hecho, aparecí en el video oficial de aquel concierto, el “Sweet Summer Sun” mientras sonaba el “Honky Tonk Woman”. A raíz de aquello y aunque nos hemos visto muy poco, ya existe entre nosotros una entrañable amistad que solo puede producir la pasión común que sentimos por los Stones. 

Pasan las horas, lentas, monótonas, aunque tensas… Afortunadamente, aunque hace calor, no es sofocante y a veces el aire es incluso fresquito, hasta que por fin, llega ese momento en el que se anuncia que todos tengamos nuestra entrada en la mano, que van a abrirse las puertas…Uffff… ¡qué putos nervios! Cacheo, comprobación electrónica de la entrada y carrera desesperada hacia la primera fila. Allí, afortunado él, me encuentro con el gran fotógrafo y amigo Hendrick Mülder, invitado por el propio grupo al show, al que ya conozco de otros muchos conciertos de los Stones.  

En este sentido, quiero hacer expresamente un comentario sobre la enorme diferencia en lo tocante a trato al público, organización, eficiencia y profesionalidad que noté entre el desastre del concierto de Madrid y la eficiente organización que el British Summer Time desarrolló para este show. Contrariamente a como ocurrió en Madrid, - y afortunadamente- desde primera hora de la mañana y como debería ser lógico en Españistán, se sabía perfectamente por que puerta debía acceder cada uno en función del ticket que tuviera, estas puertas estaban perfectamente señalizadas desde primera hora también, los escáners de comprobación de entradas funcionaban a la perfección, e incluso el acceso a la zona del pit se organizó en algo tan lógico como una línea recta, sin tener que sortear miles de laberintos de pasillos y escaleras sin señalizar, como pasó en el Metropolitano. ¿Tomará nota de esto alguien en Doctor Music? 


Antes de que llegasen las 20.00, la hora anunciada para el inicio del concierto de los Stones, la espera se hizo algo más entretenida con algunas actuaciones de grupos y artistas de los que debo decir que no conocía mucho sobre su trayectoria, aunque la mayoría me sorprendieron positivamente. Entretenida resultó la actuación de The Dinner Party, un grupo femenino londinense de pop-rock con buenas canciones y una frontwoman, Abigaill, que me agradó especialmente y que creo que pueden tener opciones en un futuro no muy lejano de llegar lejos. 


Por su parte Courtney Barnett, que me pareció una competente versión siglo XXI de Sheryl Crow – a los Stones siempre les ha gustado este tipo de cantantes- hizo un show competente y válido de rock clásico que gustó en general, y en cuanto a Sam Fender, podría decirse lo mismo. Consciente de que él y su banda estaban pisando el mismo escenario que pisarían los Stones escasamente una hora más tarde, cumplieron bien, gustaron y dejaron con su rock clásico pero pegadizo un buen sabor de boca antes de llegar al momento final. 

Siempre lo digo y una vez más, vuelve a suceder. Esa media hora, o 20 minutos, o 40 minutos que hay entre el cambio de equipo, cuando ya se ve aparecer al equipo habitual de los Stones colocando los set-list, los amplis del grupo, instalando el kit de batería, y el minutero del reloj parece que va cada vez más despacio, son los peores. Sabes que los Stones YA están allí, de hecho puede que estén a menos de 50 metros de donde me encuentro, miras sin cesar a los técnicos, sus señales, sus gestos, el minutero corre con una lentitud exasperante y aquello parece que no va a empezar nunca. 

Aparecen en el foso los fotógrafos. 19.55 de la tarde. Ya. ¡YA! Ya no queda nada, ya va a empezar, pero la espera aún así se hace desesperante. En esos minutos, en medio de ese precioso atardecer de verano sobre Hyde Park, con el sol ya cayendo y dibujando la luz de un sentimiento entre nostálgico, evocador y estimulante, - siempre me ha inspirado muchísimo la luz multicolor de los atardeceres de primavera y verano- me acuerdo de aquel otro atardecer del 13 de julio de 2013 en este mismo escenario, de Madrid, de Barcelona, de La Habana, de Copenhague, de Donostia, de Xixón, de Santiago… de tantas y tantas veces que he vivido esta indescriptible emoción. 

20.14 minutos. Se enciende la pantalla Led que corona el escenario y aparece el rostro de Charlie Watts, en el inicio de ese precioso video-homenaje que el grupo ha hecho para recordar la memoria de su gran amigo y compañero. Una vez más, siento que el corazón se me va a escapar por la boca y una corriente eléctrica pero helada me recorre la columna vertebral. ¡¡¡AHORA SÍ!!!

En cuestión de segundos, aparece Keith Richards en escena y pega el primer guitarrazo, mientras Mick Jagger corre como alma que lleva el diablo –nunca mejor dicho- y empieza el show. ¡¡¡¡¡YEEEEEEAAAAAAAAHHH!!!!

(Diossss… ¡¡por fín!!) 

GET OFF OF MY CLOUD
¡Primera sorpresa! Por primera vez en este tour, cambian el tema de arranque y no tocan –lástima, podrían haberla mantenido en otro momento del show- “Street Fighting Man”, sino que esta fabulosa pieza de mediados de los 60, “Get Off My Cloud”, una de mis favoritas de los Stones de los 60 y que me ha dado siempre un buen rollo increíble, es la que abre el orgasmo de hoy. La banda sale desde el primer minuto a matar y a morir, a no dejar prisioneros, con una fuerza incontenible y con un Mick Jagger espectacular, con la voz en perfecto estado de forma, dándolo todo, con todo Hyde Park rendido a sus pies y marcando desde el minuto 1 el ritmo de una actuación que una vez más va a ser histórica. Jagger siempre escanea con una sola mirada en Londres como va a ser la actuación, y en esta primera canción, donde la banda suena que atruena, Jagger se dice a sí mismo: “hoy esto va a ir bien”. No se equivocará.

19TH NERVOUS BREAKDOWN
Igual que en Madrid, este temazo es toda una bomba que arranca de todo Hyde Park muestras de entusiasmo indescriptibles, con la banda que no ha bajado el pie del acelerador y que más que tocar, escupe esta pieza con la misma rabia que lo hubiera hecho cualquier banda punk de 1977. Energía, corazón, complicidad –Keith se acerca a la pasarela y empieza a arrojar las primeras púas- y un ritmo de concierto que nos hace augurar una jornada maravillosa.  


TUMBLING DICE
Bueno… vale, bajamos un poquito el pié del acelerador y nos sumergimos en esta masterpiece del ‘Exile On Main Street’, una maravillosa canción imprescindible en cualquier set de los Stones, que la banda ataca con una sensibilidad y al tiempo una fuerza descomunales. Se va haciendo poco a poco de noche y las luces del escenario se van fundiendo con las naturales, creando un decorado inigualable. ¿Os acordáis de la película ‘Let´s Spend The Night Together’ filmada por Hal Ashby en la gira americana del ‘Tattoo You’ del otoño de 1981? En ese momento, estoy viviendo esa misma sensación. 
Detalle anecdótico: Por supuesto, Mick se acordó de Charlie Watts, del orgullo LGTBI, al que saludó y felicitó en estos días de sana reivindicación de la libertad sexual y también de que esta era la tercera vez que tocaban en Hyde Park. “La primera vez fue gratis”- dijo Jagger- “bueno, esta vez no…” dígamelo a mi, que me ha costado meses de ahorro poder pagarme esta entrada, Sir Michael…

OUT OF TIME
Contra todo pronóstico, esta ha sido la canción que marcará como novedad esta gira ‘Sixty’ y de nuevo en Londres es todo un impacto. El concierto está siendo apoteósico, una vez más me quiero detener en Mick Jagger, porque está dejándose la piel en escena, recorriendo las pasarelas, yéndose al centro del crowd…Increíble. Y maravilloso. 

ANGIE
Aunque personalmente como balada hubiera preferido en este set list desde “’Till The Next Goodbye” a “Out Of Tears” pasando por “Memory Hotel” o “Wild Horses”, vale, “Angie” es un clásico y nunca voy a hacerle ascos. La tocan muy bien y por supuesto, a tod@s nos emociona.

YOU CAN'T ALWAYS GET WHAT YOU WANT
Si bien “Angie” me parece prescindible, esta obra maestra sí que me parece fundamental en cualquier concierto de los Rolling Stones. Ahora ya no lleva coros ni tratamiento orquestal, pero sigue siendo maravillosa. No puedo ni quiero dejar de relatar que en esta canción, ya de noche, miré al cielo y dediqué un pensamiento, un recuerdo y un abrazo a mi amigo, mi maestro y mi colega stoniano Jordi Tardá. Esta fue la canción que quiso que sonase en su funeral y sonó esta maravillosa noche en Hyde Park. En ese momento, como ahora, recordando a mi querido amigo al escribir esta crónica, se me llenaron los ojos de lágrimas. Jordi, estés donde estés, sabes que siempre estaré en deuda contigo, querido amigo. Y que siempre recordaré lo buen compañero que fuiste conmigo y todo lo que aprendí de ti. 


LIKE A ROLLING STONE
“Esta canción fue escrita hace cerca de sesenta años por un premio Nóbel de literatura y hoy es para nosotros un placer y un orgullo tocarla aquí” dijo Mick Jagger antes de que la banda atacase “Like A Rolling Stone”. ¡Wuah! De los mejores momentos de la noche, de verdad. Feeling, emoción, sentimiento, un himno de la historia de la cultura popular contemporánea, que siempre me lleva a aquella inolvidable noche de julio de 1995 en Xixón, en el estadio del Sporting, donde la tocaron maravillosamente, que hoy los Stones bordan y que cuando Mick Jagger saca la armónica y empieza a tocarla, literalmente me derrite. Sensacional. Impresionante. ¡Joder, son los Stones haciendo “Like A Rolling Stone” en Hyde Park! ¿tengo que decir algo más? 

YOU GOT ME ROCKING
¡Wauh! ¡Increíble! Es de mis canciones favoritas de toda la historia de los Rolling Stones –siempre la denominé su “Brown Sugar” de los 90- y siempre me ha parecido idónea para los conciertos en directo. Una vez más, este temazo suena que atruena con un Keith Richards golpeando este riff con una fuerza espectacular, Darryl y Steve montando una base de ritmo demoledora y Jagger, inconmensurable, cantando con la misma energía, macarrería y chulería que en el ‘Voodoo Lounge Tour’. Estoy en el paraíso… y creo que todavía no he muerto…

HONKY TONK WOMEN
El riff humano, el puto jefe de los Stones, se nos acerca a las primeras filas y nos escupe el riff de “Honky Tonk Women”. Otra versión de este clásico fabulosa, intensa, que nos mantiene en una nube de felicidad que apuesto compartimos con ellos… Mick y Keith se cruzan saludos y bromas, Mick vacila a Ronnie, Ronnie y Keith se juntan para tocar juntos este tema… Estoy viendo a unos Stones unidos, felices, cómplices, compenetrados, volviendo a ser esa banda de rock´n´roll a veces gamberra, a veces familiar, siempre genuina, auténtica, sincera… diosss, por favor, que esto no acabe nunca…


YOU GOT THE SILVER 
Mick presenta a toda la banda en el escenario, tal vez con más sobriedad que otras veces y sin muchas bromas… Y entonces el puto jefe se acerca al escenario, coge la guitarra y anuncia “You Got The Silver”… os doy mi palabra de que si hubiera sido creyente, habría rezado por que tocasen esta maravilla. No me hizo falta. El destino quiso que esta noche tan especial, Keith, mi puto padre, mi puto hermano, mi puto colega, sin saber que yo estaba allí, tocó el blues que sabía que le pediría si le hubiera tenido delante. Jefe, eres la hostia y lo sabes. Creo que no tengo que explicar lo que sentí y como me estremecí viéndote y escuchándote con este “You Got The Silver”. Una vez más y como siempre Keith, gracias por toda tu música, por toda tu vida… y por la magia que existe entre nosotros. Cojones, corazón, cabeza… y un beso eterno, cabronazo.  

HAPPY 
Hace años que Keith, aunque tenga delante el teleprompter, ni lo mira y cuando no se acuerda de la letra, se la inventa o la cambia. Bien, en este “Happy” pasó algo parecido, pero… cuando se escucha ese riff de guitarra, y cuando la banda le sigue a tope y hace de este clásico de clásicos un momento tan sensacional, yo creo que al jefe le podemos perdonar ¿no? Yo desde luego, cuando se lleva el puño al corazón, nos saluda y nos dedica una sonrisa que me consta que le sale de lo más íntimo, ¿qué voy a decir? Ahora bien, jefe… echa un vistazo de vez en cuando al teleprompter ¿OK? 

MISS YOU
Nunca ha sido de mis favoritas, pero me consta que “Miss You” es una pieza fundamental en los conciertos de los Stones, sobre todo porque tal y como el propio Mick Jagger anuncia, es un tema clave para el lucimiento de Darryl Jones. Y esta noche vuelve a serlo. 

MIDNIGHT RAMBLER
Con este tema, siempre lo confieso… ¡Me vuelan la cabeza! Y una vez más, es sencillamente BESTIAL. Mick increíble con la armónica, Keith y Ronnie atacando el riff con una fuerza demoledora, Steve Jordan golpeando su kit de batería como una verdadera fiera y todo el grupo dejando a los pies de los caballos en cuanto a dureza e intensidad a cualquier grupo de heavy metal. Una vez más, unos Stones IMPERIALES en este “Midnight Rambler”. 

PAINT IT BLACK
A partir de este tema, no sé si deliberadamente o no, pero lo cierto es que el grupo bajó el pie del acelerador – comprensiblemente- y el ritmo trepidante impulsado hasta ahora remite en cierta medida. Aún así, y a pesar de que “Paint It Black” es de las que creo que deberían bajar ya del set-list, es otro momento en el que todo Hyde Park ovaciona a los Stones con una pasión y una devoción que solo puede entenderse y/o mejor dicho, vivirse, si se está allí. 


START ME UP
Yo siempre he mantenido que “Start Me Up” es el típico tema que en los conciertos les pone a los Stones un cohete en el culo, y esta noche no es una excepción. Aunque el grupo ahora ha descendido las revoluciones, Mick Jagger no lo puede evitar: salta, baila, corre, se come el escenario y este temazo es otro de los momentos apoteósicos de la noche, a pesar de que tengo la impresión de que en este momento se reservan fuerzas. 

GIMME SHELTER
Si “Miss You” es el momento Darryl Jones, “Gimmie Shelter” es el momento Sasha Allen, la sustituta natural de Lisa Fischer en la banda. Mick y ella protagonizan otro momento fabuloso en la parte central del escenario bailando y vacilando – siempre me ha recordado este momento al momento Billy Preston- Mick Jagger en las giras de 1975 y 1976- y aunque nunca dejaré de reconocer la valía y la potencia de Sasha Allen…. lo siento, pero echo de menos a Lisa Fischer. 

JUMPING JACK FLASH
Por supusto, con gesto amenazador y sabiendo que nos va a volar la cabeza, Keith se acerca al borde del escenario y ataca el riff de “Jumpin´Jack Flash”. ¡Wuauh! sencillamente brutal. Si por momentos vi un pelín cansado a Mick Jagger en “Start Me Up”, en este clásico de clásicos imprescindible en cada descarga stoniana, vuelve a darlo todo y a mostrar que sigue siendo el artista más grande que hoy pisa un escenario. 

SYMPATHY FOR THE DEVIL
Primer bis de la noche, eso sí, sin los efectos de escenario ni de luminotecnia que solía acompañar este tema en otras giras, y en el que Mick, tras unos minutos de descaso, sale a comerse el escenario, a matar y a morir. El que no está muy fino en este tema es Keith, que se salta partes de la canción y acorta el solo de una manera muy sui géneris, pero, lo dicho… ¿vamos a criticar al puto jefe por algo así? Yo desde luego no, aunque sí les aconsejaría en los ensayos de los “days off” de las giras repasarse un poquito más el “Sympathy…”. 

(I CAN´T GET NO) SATISFACTION
Ni me lo puedo ni me lo quiero creer, pero… estamos llegando al final. Si, compañeras y compañeros, esto se acaba. Y acaba con “(I Can´t Get No) Satisfaction”. Y aquí sí que no falla nadie; los Stones, como un batallón suicida, se dejan la piel, lo dan todo, quieren que nos vayamos con el mejor sabor de boca posible, y a fé mía que lo consiguen. Londres flota en el espacio, el rock invade el cielo, todo el universo Stone ríe a carcajadas por la noche londinense y el gigantesco orgasmo llega a su fin con Mick, Keith y Ronnie saludándonos desde el centro del escenario. ¡Hostia puta! ¡Qué grande ha sido! Apenas puedo creerlo. Una vez más, los Stones me han hecho vivir una de esas jornadas en las que si la felicidad absoluta, o el paraíso terrenal, o el nirvana, o lo que sea la expresión máxima de la felicidad existe… yo ya he estado allí. Por trigésimoctava vez. 

Aproximadamente una hora y media más tarde, alrededor de las 00.45, llego a mi hotel y me desplomo sobre la cama. Estoy agotado físicamente, creo que no me queda una sola cuerda vocal sana y en teoría debería quedarme dormido en cuestión de minutos, pero como siempre, nunca es así. De hecho, aun tardaré dos horas en dormirme. Miles de imágenes, de canciones, de recuerdos, de momentos inolvidables, de miradas de Mick y Keith, de acordes de guitarra, de rayos de ese increíble sol de crepúsculo llenando de una luz áurea la figura de Mick Jagger sobre el escenario, el corazón me sigue latiendo a ritmo de infarto, todo el concierto pasa por mi mente a velocidad de vértigo… joder, una vez más, y encima una vez más en Hyde Park. Aún sigo preguntándome si lo he soñado o si ha sido real. 

Los Stones, los putos amos, los putos Stones… es increíble, maravilloso, único. Son los momentos que creo que si llego a ese instante del adiós a este mundo con un mínimo de consciencia, me llevaré como los mejores recuerdos de toda mi vida. 

Creo que quizá much@s de vosotr@s no lo entendáis en toda su dimensión, pero gente como Lorea Alonso, Irene Desumbila, Kiko Reboredo, Santiago Rentero, Imanol, Manu y todos mis hermanos stonianos de Euskalherria, Germán Gómez Sánchez, Juan Caveda, Jordi Güell, Adriana, Jorge Alberto Bondi, Atencio Horacio Oscar, Guillermo Rayo, Oscar y Martín Outeriño, Al-Phonse, Gay Mercader, Romy Masferrer, Neus Jaumot (…sabes que te quiero ¿verdad?) Heleniux – se hace llamar así en Instagram- John Chevyk, Hendrik Mulder, los Sugar Stones, Rayo Stoned, Alberto Sánchez-Runde, Vicente “Mariskal” Romero, el Pirata, todos los que sentís ese pellizco vital cada vez que los Stones se suben a cualquier escenario del mundo y enchufan sus amplificadores, y sentís conmigo que nos vamos durante dos horas a otro mundo, estoy seguro de que me entendéis. 

Todavía no lo sé con seguridad, pero me estoy peleando ir a ver el fin de gira a Berlín. Si lo consigo, también os lo contaré. 

Fotos del concierto: www.iorr.org.

Los Stones, siempre los Stones…

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